jueves, 8 de abril de 2010

Las sirenas


“Los cánticos de las sirenas me trasladaban al cielo mientras sufría el desvanecimiento sin poder evitarlo. El mareo me inundaba la mente, mientras que el cántico de las sirenas se oía como lamentos que inducían a que mi mente continuara en el letargo. Sentía que mi mano estaba cerrada, y que el calor de la sangre que manaba de mi cabeza velaba de rojo mi mirada aturdida y asustada. Después de recobrar durante un segundo la conciencia, acertaba a intuir, de nuevo, un vaivén que me revolvía las tripas y empecé a oír voces extrañas y desesperadas junto al extraordinario sonido de las sirenas. Perdí por un momento el sentido del oído pero siguieron sonando monótonas las sirenas y el vaivén me llevó a la fatiga. Perdí de nuevo la conciencia, pero no antes de perder la vista. Mi mano estaba cerrada y mis ojos seguían ciegos en una oscuridad densa y cruel.

Pareció interminable el camino hacia el hospital, y ensordecedora la ambulancia que me transportó. El canto de las sirenas siguió retumbando en mis oídos cuando ya estaba tumbada sobre una camilla y la sangre resbalaba por mi cabeza. Cuando el miedo se volvió a apoderar de mi cuerpo, cuando acerté a recordar lo que pasó, cuando acerté a descubrir que mi mano estaba agarrada a la muerte y no a la esperanza, que mi mano se aferraba con fuerza a la del hombre con el que había jurado en el altar separarme de él con la muerte, dos lágrimas nacieron para morir de angustia. El hombre que odié y del que me separe dos días antes de mi encuentro con las sirenas, y que con gesto preocupado repetía una y otra vez el relato de mi inexistente pero aparatosa caída a los médicos, enfermeras y enfermos, fue el hombre que me hizo llorar. Ya solo me quedaba aguardar y seguir oyendo el cántico de las sirenas, aguardando el hundimiento de mi barco ante las rocas negras del Egeo, indefensa, perdida y sin justicia…”



2 comentarios:

  1. este micro-relato me ha puesto los vellos de punta... es escalofriante. Pero a ver si escribes cosas más alegres, como la del padre y eso, que casi todo es triste, precioso pero triste

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  2. sirena, quien fuera una sirena para envolver con su canto....

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