jueves, 8 de abril de 2010

El miedo


“Era primavera cuando un tren se acercaba para hacer parada en la estación. Era la estación de hierro y cristal, fuerte y ligera, bonita. Los jóvenes se fundían en despedidas eternas, los viejos, melancólicos, partían con la certeza del último viaje, y los niños reían y gritaban regodeándose en el incordio. Era marzo, era atardecer, era el fin de un día donde las escasas velas que temblaban desde el suelo mantenían el recuerdo de una mañana negra casi perdida en el tiempo. A pesar del olvido, los ojos inquietos de algún viajero aún vigilaban temerosos las caras de aquellos que compartían su viaje, temiendo lo peor, temiendo lo macabro.”

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